Voy escribir del viaje en el que no quería regresar a casa.
Es una sensación terrible no querer regresar a casa, porque es tu casa joder.
Pero siempre me pasa, me siento tan libre ahí fuera…que es
inevitable sentirte melancólico cuando dejas un lugar y dejas a una gente con
la que has disfrutado infinito.
Y ahora también le dejas a el.
En este viaje he podido descubrir muchas cosas.
Como que las personas desconocidas pueden ser tu mejor
compañía, puedes enamorarte de ellas. Pero también hay que tener cuidado con la
gente que va en bici, porque pueden ser unos terribles y asquerosos ladrones o
pueden poner en peligro la seguridad del que conduce por culpa de sus malditas
bicis en carretera.
Qué sigo enamorada del mar y que me encantaría ser un pez.
Qué la natalidad en España va creciendo cada día más ¡Cuánto
niño suelto!
Qué me encantan los hoteles caros y los bares baratos.
Qué nunca seré una persona morena por mucho que me empeñe.
Qué confío demasiado en mi genética y que debería empezar
hacer deporte.
Qué después de ver a Raphael en concierto estado un poco
confundida de lo que es ser un artista de verdad, (sin desmerecer a los demás).
Qué puedo sobrevivir una semana sin té rojo pero no sin mi
perra.
Qué las fiestas de mi pueblo son lo más y que la próxima vez
intentare que no coincida con mis vacaciones.
Qué estoy un poco perdida con la música electrónica y que
nos dejamos la vida bailando rock n roll!!
Qué wurlys hay en todos sitios.
Qué echo de menos una bañera en casa y que aunque ame a mis
padres por encima de todo necesito volver a independizarme otra vez.
Qué prefiero el daiquiri antes que la margarita.
Qué el jagger puede ser un veneno letal! (bueno, eso ya lo
sabia).
Qué quiero a mi gitana muchísimo y que algún día la pondré
un chalet con piscina y barbacoa en plan recompensa.
Y que el amor a primera vista si existe y encima puede salir bien.
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